Vibrant Parish |
“Go into the World and Proclaim the Gospel” Today we celebrate the Solemnity of the Ascension of the Lord to heaven. Forty days after His resurrection, Jesus ascended to heaven in the presence of His disciples, and a cloud hid him from their eyes. In this way the public life of Jesus concludes and the early Church gathers in prayer until the coming of the Holy Spirit. A few days after the Ascension of Jesus to the right hand of the Father, the Church receives the gift of the Holy Spirit. From that day, the disciples of Christ began to bear witness to the Gospel by preaching the message of salvation as Jesus entrusted them: “Go into all the world and preach the Gospel to every creature.” Announcing and witnessing to Christ is the mission of every baptized person.
At the beginning of today's first reading, taken from the book of Acts of the Apostles, whose author is St. Luke, he refers to his first book, which is the third gospel. Now St. Luke, in the book of Acts of the Apostles, will narrate the birth of the Church. The author addresses a certain Theophilus which means friend of God, and, therefore, is addressed to all friends of God. St. Luke highlights the fact that Jesus orders them to remain in Jerusalem waiting for the Holy Spirit who will strengthen them to be His witnesses “in Jerusalem, in all Judea, in Samaria and to the ends of the earth.” St. Luke also highlights the voice of the angels telling the nascent church not to continue standing there looking up into heaven. The author of the Acts of the Apostles wants to make it clear that the Church was not born to simply look up at the heavens, but to bear witness to the Gospel. The text of the second reading taken from the Letter to the Ephesians refers to the tasks that Jesus leaves for us all to build the Mystical Body of Christ, which is the Church. Jesus did not abandon His Church, but is with her in a new way so that, guided by the Holy Spirit, we can announce His Gospel. In today's Holy Gospel, according to St. Mark, Jesus sent His disciples to evangelize. He tells them: “Go into all the world and preach the Gospel to every creature.” This task belongs to all the baptized, not just priests or consecrated persons. Each baptized person is invited to bring the Good News with their life's testimony. St. Mark tells us that the disciples of Jesus went and proclaimed the Gospel everywhere and the Lord, through the action of the Holy Spirit, confirmed their preaching with the miracles they performed. Miracles have always been present in the Church. In fact, each Eucharistic celebration is a new miracle of the Lord who makes himself present and gives himself to us in His Body and Blood. The Ascension of the Lord is, therefore, a message of hope. With this dogma of faith we affirm that the glorified humanity of Christ is also our humanity. Let us remember that where Christ is, His Church is also there. Jesus ascending to the Father has united us forever to Him. Let us not forget that, only by fulfilling our mission on earth, will we be able to enter the Glory of God the Father, Son and Holy Spirit. May Mary, mother of Jesus and our mother, intercede for us so that we always and everywhere bear witness to the Gospel and thus one day be with her Son in heaven. Fr. Benjamin |
“Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio”
Hoy celebramos la Solemnidad de la Ascensión del Señor al cielo. Cuarenta días después de su resurrección, Jesús ascendió al cielo en presencia de sus discípulos y una nube lo ocultó a sus ojos. De esta manera concluye la vida pública de Jesús y la Iglesia primitiva se reúne en oración hasta la venida del Espíritu Santo. Unos días después de la Ascensión de Jesús a la derecha del Padre, la Iglesia recibe el don del Espíritu Santo. Desde aquel día, los discípulos de Cristo comenzaron a dar testimonio del Evangelio predicando el mensaje de salvación cómo Jesús les encomendó: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura.” Anunciar y testimoniar a Cristo es la misión de todo bautizado.
Al comienzo de la primera lectura del día de hoy, tomada del libro de Hechos de los Apóstoles cuyo autor es San Lucas, el se refiere a su primer libro, el cual es el tercer evangelio. Ahora San Lucas, en el libro de Hechos de los apóstoles narrará el nacimiento de la Iglesia. El autor se dirige a un tal Teófilo que significa amigo de Dios, y por lo tanto, está dirigido a todos los amigos de Dios. San Lucas destaca el hecho de que Jesús les ordena que permanezcan en Jerusalén en espera del Espíritu Santo que los fortalecerá para ser sus testigos “en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los últimos rincones de la tierra”.
San Lucas también destaca la voz de los ángeles que le dice a la Iglesia naciente que no sigan ahí parados mirando al cielo. El autor de los Hecho de los Apóstoles quiere dejar bien claro que la Iglesia no nació para estar mirando al cielo, sino para dar testimonio del Evangelio. El texto de la segunda lectura tomado de la Carta a los Efesios hace referencia a las encomiendas que Jesús deja para que todos construyamos el Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia. Jesús no abandonó a su Iglesia, sino que está junto a ella de un modo nuevo para que, guiados por su Espíritu Santo anunciemos su Evangelio.
En el Santo Evangelio de hoy, según San Marcos, Jesús envío a sus discípulos a evangelizar. Les dice: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura”. Esta tarea es de todos los bautizados, no es sólo de los sacerdotes o personas consagradas. Cada bautizado es invitado a llevar la Buena Noticia con su testimonio de vida. San Marcos dice que los discípulos de Jesús fueron y
proclamaron el Evangelio por todas partes y el Señor a través de la acción del Espíritu Santo confirmaba su predicación con los milagros que hacían. Los milagros siempre han estado presentes en la Iglesia. De hecho, cada celebración Eucarística es un milagro nuevo del Señor que se hace presente y se nos entrega en su Cuerpo y en su Sangre.
La Ascensión del Señor es, por tanto, un mensaje de esperanza. Con este dogma de fe afirmamos que la humanidad glorificada de Cristo es también nuestra humanidad. Recordemos, que donde esta Cristo ahí está su Iglesia. Jesús ascendiendo al Padre nos ha unido para siempre a Él. No olvidemos que sólo cumpliendo nuestra misión en la tierra podremos entrar a la Gloria de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Que María, Madre de Jesús y Madre Nuestra, interceda por nosotros para que siempre y en todas partes demos testimonio del Evangelio y así un día poder estar junto a su Hijo en el
cielo.
Padre Benjamin
Al comienzo de la primera lectura del día de hoy, tomada del libro de Hechos de los Apóstoles cuyo autor es San Lucas, el se refiere a su primer libro, el cual es el tercer evangelio. Ahora San Lucas, en el libro de Hechos de los apóstoles narrará el nacimiento de la Iglesia. El autor se dirige a un tal Teófilo que significa amigo de Dios, y por lo tanto, está dirigido a todos los amigos de Dios. San Lucas destaca el hecho de que Jesús les ordena que permanezcan en Jerusalén en espera del Espíritu Santo que los fortalecerá para ser sus testigos “en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los últimos rincones de la tierra”.
San Lucas también destaca la voz de los ángeles que le dice a la Iglesia naciente que no sigan ahí parados mirando al cielo. El autor de los Hecho de los Apóstoles quiere dejar bien claro que la Iglesia no nació para estar mirando al cielo, sino para dar testimonio del Evangelio. El texto de la segunda lectura tomado de la Carta a los Efesios hace referencia a las encomiendas que Jesús deja para que todos construyamos el Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia. Jesús no abandonó a su Iglesia, sino que está junto a ella de un modo nuevo para que, guiados por su Espíritu Santo anunciemos su Evangelio.
En el Santo Evangelio de hoy, según San Marcos, Jesús envío a sus discípulos a evangelizar. Les dice: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura”. Esta tarea es de todos los bautizados, no es sólo de los sacerdotes o personas consagradas. Cada bautizado es invitado a llevar la Buena Noticia con su testimonio de vida. San Marcos dice que los discípulos de Jesús fueron y
proclamaron el Evangelio por todas partes y el Señor a través de la acción del Espíritu Santo confirmaba su predicación con los milagros que hacían. Los milagros siempre han estado presentes en la Iglesia. De hecho, cada celebración Eucarística es un milagro nuevo del Señor que se hace presente y se nos entrega en su Cuerpo y en su Sangre.
La Ascensión del Señor es, por tanto, un mensaje de esperanza. Con este dogma de fe afirmamos que la humanidad glorificada de Cristo es también nuestra humanidad. Recordemos, que donde esta Cristo ahí está su Iglesia. Jesús ascendiendo al Padre nos ha unido para siempre a Él. No olvidemos que sólo cumpliendo nuestra misión en la tierra podremos entrar a la Gloria de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Que María, Madre de Jesús y Madre Nuestra, interceda por nosotros para que siempre y en todas partes demos testimonio del Evangelio y así un día poder estar junto a su Hijo en el
cielo.
Padre Benjamin