Vibrant Parish |
Let us be Captivated by the Love of Jesus
On this Thirteenth Sunday in Ordinary Time, the Gospel presents us with the last words of the missionary discourse with which Jesus instructs his Church to send it on missions to nearby villages. In this last instruction Jesus teaches us about the essentials for the life of the missionary disciple. The first point is to have a personal relationship with Jesus and have him as the center of our life and the second point is that the missionary does not represent him or herself, but rather Jesus who makes present the love of God the Father.
Every missionary disciple is a visible sign of the presence of God. The perfect example of a true missionary disciple was Jesus Christ. He abandoned himself sharing our human life and by becoming one of us taught us to love God above all things. This does not mean that by becoming one of us he stopped loving the Father, but rather out of love for the Father he shared our humanity so that we can participate in his divinity. Today Jesus tells us: "He who loves his father or mother more than me is not worthy of me." This does not mean that Jesus opposes the affection of a father, a mother or brothers and sisters, but that we have a priority relationship with Him in order to love our family as He loves all of us. |
We are all missionary disciples and Jesus asks us to let ourselves be captivated by his love and life in order to become his representatives through our own way of being and living. It is important that others are able to perceive that we are a disciple of Jesus and that the Lord is truly the center of our life. We all have limitations and make mistakes but that does not have to be an obstacle to witnessing God's love to others. We need to be humble and honest and allow the Holy Spirit to act in us and thus bring Jesus where love and understanding are needed. Let us remember the words of Jesus: “Whoever receives you receives me; and whoever receives me, receives the one who sent me”.
In my own experience as a priest, I can say that when I am closer to Jesus I feel closer to his people, the community. On this Sunday, Jesus is asking us to have a priority relationship with Him in order to love and serve others. Let us ask the intercession of our Mother the Virgin Mary so that she helps us understand what it means to leave everything for Jesus and be faithful missionary disciples of her Son.
Fr. Benjamin
In my own experience as a priest, I can say that when I am closer to Jesus I feel closer to his people, the community. On this Sunday, Jesus is asking us to have a priority relationship with Him in order to love and serve others. Let us ask the intercession of our Mother the Virgin Mary so that she helps us understand what it means to leave everything for Jesus and be faithful missionary disciples of her Son.
Fr. Benjamin
Dejarnos cautivar por el amor de Jesús
En este domingo Décimo Tercero del Tiempo Ordinario, el evangelio nos presenta las últimas palabras del discurso misionero con el cual Jesús instruye a su Iglesia para enviarla en misión a las aldeas cercanas. En esta última instrucción Jesús nos enseña sobre lo esencial para la vida del discípulo misionero. Lo primero es tener una relación personal con Jesús y tenerlo como centro de nuestra vida y lo segundo, que el misionero no se represente a sí mismo, sino a Jesús haciendo presente el amor de Dios Padre.
Todo discípulo misionero es un signo visible de la presencia de Dios. El ejemplo perfecto de un auténtico discípulo misionero fue Cristo Jesús. Él se abandonó a si mismo compartiendo la vida humana y haciéndose uno de nosotros nos enseñó amar a Dios sobre todas las cosas.
Eso no quiere decir que haciéndose uno de nosotros dejo de amar al Padre, sino más bien por amor al Padre compartió nuestra humanidad para que nosotros podamos ser partícipes de su divinidad. Hoy Jesús nos dice: “El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí”. Esto no significa que Jesús se oponga al afecto de un padre, de una madre o de hermanos y hermanas, sino que tengamos una relación prioritaria con Él para poder amar a la familia como Él ama.
Todos somos discípulos misioneros y Jesús nos pide dejarnos cautivar por su amor y vida para convertirnos en sus representantes con nuestro modo de ser y de vivir. Por lo tanto, es necesario que la gente pueda percibir que somos discípulo de Jesús y que verdaderamente el Señor es el centro de nuestra vida. Todos tenemos limitaciones y cometemos errores, pero eso no tiene que ser un obstáculo para dar testimonio del amor de Dios ante los demás. Necesitamos ser humildes y honestos para dejar al Espíritu Santo actuar en nosotros y así llevar a Jesús donde falte amor y comprensión. Recordemos las palabras de Jesús: “Quien los recibe a ustedes me recibe a mí; y quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado”.
En mi propia experiencia de sacerdote, puedo decir que cuando estoy más cerca de Jesús me siento más próximo a su pueblo, la comunidad. En este domingo, Jesús nos está pidiendo que tengamos una relación prioritaria con Él para poder amar y servir a los demás. Pidamos la intercesión de nuestra Madre la Virgen María para que ella nos ayude a entender que es dejar todo por Jesús y ser fieles discípulos misioneros de su Hijo.
Padre Benjamin Arevalos
Todo discípulo misionero es un signo visible de la presencia de Dios. El ejemplo perfecto de un auténtico discípulo misionero fue Cristo Jesús. Él se abandonó a si mismo compartiendo la vida humana y haciéndose uno de nosotros nos enseñó amar a Dios sobre todas las cosas.
Eso no quiere decir que haciéndose uno de nosotros dejo de amar al Padre, sino más bien por amor al Padre compartió nuestra humanidad para que nosotros podamos ser partícipes de su divinidad. Hoy Jesús nos dice: “El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí”. Esto no significa que Jesús se oponga al afecto de un padre, de una madre o de hermanos y hermanas, sino que tengamos una relación prioritaria con Él para poder amar a la familia como Él ama.
Todos somos discípulos misioneros y Jesús nos pide dejarnos cautivar por su amor y vida para convertirnos en sus representantes con nuestro modo de ser y de vivir. Por lo tanto, es necesario que la gente pueda percibir que somos discípulo de Jesús y que verdaderamente el Señor es el centro de nuestra vida. Todos tenemos limitaciones y cometemos errores, pero eso no tiene que ser un obstáculo para dar testimonio del amor de Dios ante los demás. Necesitamos ser humildes y honestos para dejar al Espíritu Santo actuar en nosotros y así llevar a Jesús donde falte amor y comprensión. Recordemos las palabras de Jesús: “Quien los recibe a ustedes me recibe a mí; y quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado”.
En mi propia experiencia de sacerdote, puedo decir que cuando estoy más cerca de Jesús me siento más próximo a su pueblo, la comunidad. En este domingo, Jesús nos está pidiendo que tengamos una relación prioritaria con Él para poder amar y servir a los demás. Pidamos la intercesión de nuestra Madre la Virgen María para que ella nos ayude a entender que es dejar todo por Jesús y ser fieles discípulos misioneros de su Hijo.
Padre Benjamin Arevalos